Cuando tomamos decisiones es frecuente analizar los pros y los contras y poner cada uno en su lado de la balanza. Pero ¿Qué pasa cuando la balanza está equilibrada? El mismo número de pros y de contras. Está claro que si la táctica de la balanza no funciona habrá de buscar otras estrategias.
Y qué mejor estrategia que analizar qué es lo que queremos de verdad. Porque sí, a menudo no nos atrevemos a enfrentarnos a lo que de verdad queremos. Hay cosas que nos condicionan, como el qué dirán, cómo se lo tomarán los otros, o dónde hago más falta. Pero olvidamos lo importante, convencernos de que nos merecemos ese cambio; olvidamos pensar en nosotros mismos y eso, y más llegando a determinada edad, es lo importante y lo único que debe estar en nuestros planes.
Sin embargo qué fácil es decirlo. Toda la vida pensando en los demás y cuidando personas, primero hermanos, luego hijos, luego marido, luego padre, luego, luego, luego....Pero ¿Cuándo va a ser el momento de cuidarnos a nosotros mismos?.
No sé si os pasará a vosotros, pero a mí me pasa que a veces tengo la sensación de que he vivido la vida de los demás y he olvidado vivir mi propia vida. Siempre mirando por los demás y sin tiempo de concederme un capricho porque siempre había situaciones donde hacías más falta. Y a pesar de eso nunca he olvidado de buscarme a mí misma, aunque deberé seguir buscando porque todavía no me he encontrado.
He empezado de cero varias veces, aunque a veces tengo la impresión de que empiezo de cero cada mañana. Pero momentos cruciales de resurgir de las cenizas he tenido varios. A los 17 años, a los 22, a los 38, a los 55, a los 58. El cuerpo vuelve a pedirme empezar de cero.... ahí lo dejo. Y todas las veces ese cambio ha venido precedido de un momento doloroso. Suele pasar que cuando la vida nos azota nos hacemos planteamientos más serios que nos empujan a cambiar, a buscar lo que de verdad importa. Esos momentos nos obligan a relativizar todo y terminamos viéndolo todo desde diferente perspectiva. Cosas que nos ayudaban ayer dejan de hacerlo y dirigimos la mirada hacia lugares que nunca habríamos imaginado.
Son mis reflexiones de andar por casa.....continuarán

